miércoles, 23 de diciembre de 2009

"Chinguer bels, chinguer bels"

Qué épocas estas, no?
Navidad... una horda de consumidores desesperados por comprar y gastar más de lo que tienen garantizándose bolsillos pobres los próximos meses y palpitaciones aseguradas frente a los resúmenes de las tarjetas de crédito.
Caminando, en auto tocando sus estridentes y desesperantes bocinas... "¡Apurate papanata, no ves que todavía no compré el pinito nevado!" -que dicho sea de paso tiene vocación a derretirse bajo los 36º de sensación térmica que se sienten.
Pero a no desesperar, para pasar el mal trago, me como unas frutas secas refrescantes y un suculento menú navideño para rematarla.
Después nos preguntamos qué nos pasa a los argentinos... Nos pasa que no sabemos quienes somos ni quienes queremos ser. Vivimos desfazados, con alma de románticos y mente de consumidores a ultranza; hombres de grandes "principios" y, sin embargo, poco apego a la ley... Transgresores natos, a mucha honra!
En paralelo recibimos la llamada de quien sólo nos recuerda un poquito en estas fiestas, porque se puso nostálgico y se sintió viejo.
Parientes, amigos, visitas, agobio, maltrato, conspiraciones familiares, indigestión... renuncias, vendetas, promesas en vano, fuegos de artificio y corchos desvirtuados... un ojo morado y un tío borracho... lágrimas de emoción, el llamado de larga distancia, el desarraigo, el desapego... el pegoteo y la asfixia...
Los malos tragos y las burbujas de la sidra...
Todo en tan sólo una semana turbulenta hasta que despertamos en un año nuevo que comienza, como todos, el 1º de enero con un cansancio suculento apoyado en nuestros hombros.
Qué decir? Les deseo que ¡A pasarla! y felices vacaciones para el que pueda tomarlas.

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